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a medida que el imperio cripto de Sam Bankman Freed se ha desmoronado a su alrededor, es seguro decir que había señales de advertencia por todas partes, pero las pasamos por alto. FTX fue una historia de éxito casi demasiado buena para resistir. En poco más de tres años, pasó de nada a una empresa de 32 mil millones de dólares y, en el camino, periodistas, inversores, políticos y reguladores todos fallaron. Una de las mayores señales de advertencia para la caída de FTX provino de Sam Bankman Freed, o SBF, durante una charla con David Rubinstein, uno de los fundadores del grupo Carlisle y presentador de televisión en Bloomberg. SBF explicó que su razón para crear FTX provenía de las frustraciones que estaba experimentando en Alameda Research. Su firma de trading propietario centrada en criptomonedas, Alameda, estaba ganando mucho dinero, pero tenía el potencial de ganar más. Simplemente era que el capital de riesgo no se estaba alineando para dar dinero a traders en sus 20 años, independientemente de sus supuestos retornos anuales del 100 por ciento. Así que Alameda dependía de reunir líneas de crédito para construir su base de capital al crear