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Vender boletos para conciertos no es especialmente difícil. A pesar de lo que sugiere su tarifa de servicio de $20, en una escala de problemas difíciles de resolver, se encuentra en algún lugar entre la instalación de bombillas y el cobro de cheques. La única parte remotamente difícil, se podría decir, es que el trabajo de una compañía de boletos es manejar el aumento de tráfico extremadamente predecible el día en que se ponen a la venta los boletos de Taylor Swift. Así que, por supuesto, eso es exactamente en lo que TicketMaster falló espectacularmente durante la reciente preventa de su gira Eras. Fans traumatizados contaron historias de tarifas de servicio de $200, mensajes de error crípticos y asientos de $50,000. La mayoría se fue sin nada que mostrar por sus ocho horas de lucha en las trincheras. Otros se sintieron como ganadores de la lotería simplemente por haber recibido el privilegio de pagar quinientos, seiscientos o novecientos dólares por asientos en la parte alta. Pero aunque la demanda para esta gira apenas podría haber sido mayor, no hay nada nuevo en la desagradabilidad de comprar boletos. Cuando las tarifas de servicio comúnmente cuestan mor
