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Traductor: Joseph Geni Revisor: Morton Bast Cuando estaba en mis 20 años, vi a mi primer cliente de psicoterapia. Era estudiante de doctorado en psicología clínica en Berkeley. Ella era una mujer de 26 años llamada Alex. Ahora Alex entró a su primera sesión vistiendo jeans y una gran blusa holgada, y se dejó caer en el sofá de mi oficina, se quitó los zapatos y me dijo que estaba allí to hablar sobre problemas con chicos. Ahora, cuando escuché esto, me sentí tan aliviado. Mi compañera de clase tuvo un incendiario como su primer cliente. (Risas) Y yo tuve a una veinteañera que quería hablar sobre chicos. Esto pensé que podría manejarlo. Pero no lo manejé. Con las historias divertidas que Alex traía a la sesión, era fácil para mí simplemente asentir con la cabeza mientras pateábamos la lata por el camino. Treinta es el nuevo 20, diría Alex, y hasta donde podía decir, tenía razón. El trabajo llegó más tarde, el matrimonio llegó más tarde, los niños llegaron más tarde, incluso la muerte llegó más tarde. Los veinteañeros como Alex y yo no teníamos más que tiempo. Pero antes