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¿Qué pasaría si estudiáramos que los científicos no tienen idea de cuán viejo es el universo? Eso podría ser un poco sensacionalista, ya que tenemos alguna idea, pero no sabemos con certeza y, más importante, no sabemos por qué no sabemos. El primer cálculo razonablemente preciso para la edad del universo se realizó en 1958 por el astrónomo Alan Sandidge, derivado de medir la tasa de expansión del universo. Hubo un margen de error, pero se calculó que el universo tenía aproximadamente 14.5 mil millones de años, más o menos mil millones de años, con los científicos creyendo que la mejor estimación es de 13.8 mil millones de años. Durante casi 50 años, esta edad del universo fue aceptada. La ciencia mejoró, así como nuestros cálculos, y ese margen de error se volvió cada vez más pequeño. Luego, en el año 2000, se creó un nuevo método para medir la tasa de expansión del universo. Al principio, esto es genial porque el margen de error de ambos métodos ofrecía un rango posible para la edad del universo y esos rangos se superponen.
