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A lo largo de los años, las personas han presentado disculpas realmente horribles. Desde disculpas clásicas que no son disculpas hasta excusas evasivas y promesas corporativas endebles, es demasiado fácil dar una mala disculpa. Pero los investigadores han encontrado que las buenas disculpas generalmente comparten ciertos elementos y considerar estos factores de manera reflexiva puede ayudarte a enmendarte en una amplia variedad de situaciones. Dado que las disculpas públicas tienen sus propias complicaciones únicas, nos vamos a centrar en algunos ejemplos de persona a persona. Así que, imagina esto: tu nueva oficina tiene sándwiches de helado gratis en la nevera comunal o al menos eso es lo que pensabas. Pero el viernes, cuando estás ayudando a tu compañero de trabajo Terence a organizar la fiesta de cumpleaños de otro colega, él descubre que la mitad del helado que compró para la celebración ha desaparecido. Aunque esto es obviamente un accidente embarazoso, presentarse y disculparse sigue siendo lo correcto. Entender y aceptar la responsabilidad por tus acciones es lo que algunos investigadores llaman el cente