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hoy vamos a hablar sobre un pilar del canon del derecho contractual, la famosa castaña de Hadley contra Baxendale. En algunos aspectos, este puede ser el caso más alejado de nosotros hoy. Se decidió hace más de un siglo y medio, en 1854, en Inglaterra, pero la regla de Hadley sobre la recuperación de daños consecuentes previsibles está con nosotros hoy en gran medida en su forma inalterada. Los hermanos Joseph y Jonah Hadley eran propietarios de los molinos de harina de la ciudad en Glau Chester, Inglaterra. El cigüeñal de la máquina de vapor utilizada para hacer funcionar el molino se rompió, lo que afectó la operación de los molinos. Los Hadley necesitaban llevar el cigüeñal roto al fabricante de la máquina de vapor en Greenwich para que el fabricante pudiera proporcionar un reemplazo. Los Hadley enviaron a un empleado a las oficinas de los demandados, Pickford & Sons, para que transportaran el cigüeñal al fabricante. El empleado de Hadley y Pickford & Sons acordaron que la entrega se realizaría al día siguiente por un costo de dos libras y cuatro chelines.
