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El Salmo 91 habla sobre la seguridad de habitar en la presencia de Dios. Las bendiciones que prometió en este capítulo no son para todos los creyentes, sino solo para aquellos que viven en estrecha comunión con Dios, aquellos que buscan habitar en su presencia. Aquellos que conocen correctamente a Dios pondrán su amor en él, y una de las maneras en que podemos hacer esto es a través de la oración, llamándolo constantemente por su nombre y meditando en su palabra, porque a su debido tiempo Dios es fiel para liberar. El Salmo 91, versículo 1 al 2 dice: El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Todopoderoso. Diré yo al Señor: Tú eres mi refugio y mi fortaleza, mi Dios, en quien confiaré. Y así, ahora únete a mí, levanta tu fe e invita la presencia de Dios dondequiera que estés. Él es nuestro refugio, Él es nuestra fortaleza y necesitamos confiar completamente en él y creer que escuchará y responderá nuestras oraciones. Y así, oremos: Señor Jesús, el Rey Todopoderoso y resucitado, te agradezco por tu palabra, te agradezco por tu promesa.
